sábado, 12 de abril de 2014

Estado de Derecho fuerte



(Sobre el encarcelamiento de la cúpula dirigencial del MOVADEF, en Lima)


A raíz de la captura de la cúpula dirigencial del MOVADEF, no han tardado aquellos que salen a defenderlos aduciendo que esa captura es un atentando contra la libertad de opinión y de expresión, que se los quiere silenciar, que es una cortina de humo para levantar la imagen presidencial y que, incluso, es una distracción paraquitar del ojo público la designación de un primo lejano de Nadine Heredia como Fiscal de la Nación. Un ejemplo de ellos es el periodista Raúl Wienner, quien escribió hace poco esta columna. Y al respecto, hay algunas cosas que quisiera decir, habida cuenta de que sobre este tema y sobre este grupo ya escribí antes en este blog.

Cuando un grupo de personas comete delitos sencillamente se les tiene que encarcelar, punto. A los miembros de la cúpula dirigencial del MOVADEF se les acusa de recibir dinero del narcoterrorismo, de reunirse con los cabecillas de la facción terrorista que opera en el interior del país, entre otras cosas. Por eso se los ha detenido. Las pruebas palpables y contundentes no nos la van a mostrar a nosotros, se las tiene que mostrar al juez el fiscal encargado de acusarlos.

Ahora bien, para que haya habido un operativo de esa magnitud, se ha realizado, primero, una investigación, ha existido una autorización judicial e, incluso, han participado en él cerca de una veintena de fiscales; es decir, todo en orden, tal como lo ordena la norma procesal.

Entonces, siendo el operativo de la envergadura que fue y habiendo contado con todas las autorizaciones judiciales e institucionales: ¿creen ustedes realmente que el gobierno se va a mandar a quedar en el ridículo general haciendo una farsa de captura que ha llegado a tener relevancia internacional (hoy vi que noticiaron esta captura en DW de Alemania)? La verdad, yo no lo creo. Y ni siquiera estoy pecando de ingenuo al decir esto, pues está clarísimo que el Poder Judicial con el Poder Ejecutivo no están en buenos términos, ni tampoco lo está el Poder Judicial con el Poder Legislativo. Es decir, poco podemos decir que esto es un amarre entre poderes para hacer una "cortina de humo".

Cuando se produjo la captura de Nancy Obregón se dijo lo mismo: que era una cortina de humo, que el gobierno la estaba usando con fines políticos, que qué habrá por detrás... y lo que realmente había era un grupo de narcotraficantes a toda regla (quienes ahora están bien encarcelados, felizmente). Entonces se hizo un operativo enorme también, que abarcó varias ciudades, en completa coordinación de Policía y Fiscalías (lo mismo que pasó ahora con MOVADEF).

Finalmente, están también aquellos que quieren desvirtuar la captura de la cúpula de MOVADEF diciendo que el fujimorismo hace lo mismo y no se les captura. Esa es una falacia total, y todos lo sabemos. Los pecados de algunos no hacen santos a otros. El hecho de que el fujimorismo esté también coludido con el narcotráfico (como lo dicen muchos y como lo pensamos los antifujimoristas) no merma en nada los delitos del MOVADEF.

Lo siento, pero para mí está claro que lo ocurrido con este grupo no es un "atentado contra el derecho de expresión y/u opinión", es, más bien, la actuación de un Estado de Derecho fuerte haciéndose respetar.

jueves, 10 de abril de 2014

El verdadero drama de los hogares homosexuales.


* Comparto un comentario que le hice a una amiga mía, en base a un post sobre las familias homosexuales que ella compartió en su muro de facebook.

Estimada amiga:

Hay muchos niños que son criados de manera disfuncional en la actualidad (sólo por la madre —sin figura paterna—, sólo por el padre —sin figura materna—, por tíos varones —sin figura materna—, por tías —sin figura paterna—, sin una de las figuras clásicas de la familia, o, a veces, sin ninguna de ellas). Es más, me atrevería a decir que un gran porcentaje de las familias, hoy en día, son disfuncionales de una u otra forma. Ese es un hecho que no se puede negar, pues los paradigmas de familia (padre, madre, hijos) ya no son más los comunes, no porque nadie quiera tener una familia "normal", por cierto, sino por circunstancias insalvables en la mayoría de veces (los padres no se comprende y se separan, los padres no reconocen a sus hijos, los padres abandonan a sus hijos, etc.).

La paternidad homosexual entra en este grupo de familias disfuncionales. En nuestro país, todavía no por cuestiones de adopción (aún no está permitida), pero sí por cuestiones naturales. Es decir, te sorprenderías mucho al enterarte de que existe una enorme cantidad de padres o madres homosexuales que han tenido sus hijos con alguna pareja de sexo contrario y, después, simplemente aceptaron su orientación sexual (ojo, digo ACEPTARON, no digo "decidieron ser homosexuales") y se separaron de sus parejas heterosexuales, se unieron a su pareja homosexual y, ahora, simplemente crían a sus hijos con su pareja homosexual, o, por lo menos, esos hijos saben que su papá o su mamá es homosexual y tiene una pareja homosexual a la que, generalmente, conocen, respetan y quieren. Esto también es un hecho que no se puede negar ni tapar, así sea que cuestiones como la fe religiosa aún nos mantengan un poco ciegos a la realidad. Concordarás conmigo, pues, en que es realmente ridículo pasarnos la vida diciendo que ESTO NO ES ASÍ, cuando la realidad nos cachetea todos los días diciéndonos que ESTO SÍ ES ASÍ.

Ahora bien, sobre el caso que presentas, lo he leído y, déjame decirte que es el mismo caso que podría presentar cualquiera de los hijos crecidos en alguna de las familias disfuncionales que mencioné al inicio de mi comentario (cualquier niño que tenga ese tipo de problemas de identidad y de frustración, quiero decir). Incluso, podría asegurarte que es un caso que perfectamente podría darse en cualquier hijo criado en un hogar común y corriente. Para entender esto, hace falta simplemente ver mejor el panorama, chequear las cifras y los datos estadísticos sobre la cantidad impresionante de problemas de identidad y problemas psicológicos que presentan personas criadas en hogares comunes y heterosexuales. ¿Qué quiero decir con todo lo anterior? Que cualquier hogar, sea funcional o disfuncional, puede presentar ese tipo de problemas: "sufro porque nunca conocí a mi padre" (un hijo de madre soltera), "sufro porque me sentía discriminado" (un hijo criado por sus dos tíos a quien le jodían en la escuela por no tener madre), "sufro porque no me sentí comprendido" (un hijo a quien ni su padre ni su madre le comprendían). Espero que se entienda bien mi punto.

Entonces, si el tema pasa por ser un problema que puede afectar a todos los tipos de hogares, ¿por qué solamente centrarse en atacar a los hogares de padres homosexuales? Yo tengo una respuesta que quisiera compartir contigo: porque nuestra sociedad es ignorante y homofóbica. Porque existen instituciones —como las religiosas— que todavía fomentan este tipo de rechazo hacia un sector en particular de la población, ocultándole a sus seguidores el resto del panorama, tal como lo hicieron en tiempos pasados con temas relativos a la raza, al rol de la mujer, a la ciencia e, incluso, a grupos humanos específicos como los judíos. Ese es el verdadero drama aquí, que exista un grupo que discrimina a otro en base a raza, sexo u orientación, como lo hace desde tiempos inmemoriales la religión.

Finalmente, y con esto me despido, es realmente patético cómo páginas como la que presentas, se dedican a pregonar que los niños criados en hogares homosexuales sufren porque el ser criados en esos hogares les ha traído presiones y discriminaciones a lo largo de su vida... ¡siendo estas mismas páginas las que generan y fomentan esas presiones y ese tipo de discriminaciones al atacar a los homosexuales y hacerlos ver como lacras! O sea, mayor cinismo, imposible.

Gracias por compartir este enlace y, sobre todo, gracias por permitirme comentarte.


Muchos saludos.

martes, 1 de abril de 2014

Matar a Dios, razarle al cerdo.



(Sobre Alan García y su impunidad)

Hay días en los cuales uno se despierta con la sensación de que, a pesar de todo, el lugar donde vives no es tan malo. A Lima, por ejemplo, mi ciudad de residencia desde hace veintitrés años, le he logrado agarrar cariño por sus veranos cortos, pero intensos, por sus sorpresas escondidas en medio de su laberinto y por su aún pequeño pero interesante auge cultural. Al Perú, un poco por el adoctrinamiento constante y otro poco por genuino sentimiento, también le tengo cariño a pesar de todo aquello que constantemente nos desalienta de él.
Hoy fue uno de esos días. El sol ya no quema tanto, pero sigue dándonos esa luz que hace ver las cosas de manera más bonita. La brisa de otoño nos permite, ahora sí, caminar por las calles sin sufrir el irritante bochorno de días pasados. Las tardes son más quietas, las noches son más frescas, es fin de mes y, en resumen, todo parece alinearse de tal forma que al salir a laborar por las mañanas nuestros ánimos se perfilen mejor que antes... hasta que nos paramos frente al puesto de periódico y leemos los titulares de hoy.

El peor de todos (y el más certero): "JUEZ ANULA TODOS LOS INFORMES QUE ACUSAN A GARCÍA".

Y, entonces, todo se remece desde el fondo, vuelven los mismo ruidos infernales a agotarnos, recordamos que el verano se acaba y nos esperan nueve largos meses de clima horroroso, que nuestro derredor no es más que un completo desorden apocalíptico que sazona a la más decepcionante decadencia Ribeyriana. Baldazo de agua fría, para decirlo en términos comunes.
Agachamos la cabeza y entendemos que este día es un engaño, que nuestra mente nos ha estado jugando una cruel broma al habernos hecho creer que basta el optimismo para que todo esté bien, que sólo la buena voluntad importa para darle cierto sentido a nuestra vida en esta ciudad y en este país regidos por una mafia legalizada.
Empezamos a caminar como zombies otra vez, desinteresados del resto, apáticos ante todo. Hemos constatado que no podemos buscar algo bueno ni hacer nada bueno en un sitio donde no reina, primero, la justicia y donde impera, desde hace tiempo, la impunidad. Han desaparecido de nuestras mentes las imágenes lindas, el sol agonizante en el horizonte tras un cielo limpio. Ahora vemos todo tal como es: calles sucias, construcciones empolvadas, cielo gris. Quizá por ahí a algún perro sucio. ¿O tal vez a un cerdo? Ya no sabemos nada, todo se nos confunde. Debe ser un cerdo, un cochino que se revuelca en su porquería. Queremos que sea un cerdo. Lo miramos, lo comparamos. Todo ahora es cerdos, cerdos, cerdos.

García dijo algún día que cometió uno de los delitos por los que se le acusó, en uno de los informes ahora anulados, que antes de cometerlos primero hablaba con Dios para pedirle consejo. Cerdos. Seguimos pensando cerdos. Y nos preguntamos qué tendríamos que hacer, entonces, con un tipo que habla con Dios y que es limpiado de acusaciones de manera tan milagrosa. ¿Qué podríamos hacer nosotros, seres mortales, contra un elegido, contra un mesías casi comprobado? Se me ocurre que primero matar a Dios, para quitarle la protección divina a este cerdo, digo, a García, el elegido (cerdos, sigo pensando cerdos). Pero de inmediato me retracto porque matar a Dios es imposible. Uno no puede eliminar algo que no existe. Y pienso de nuevo en el cerdo. Me le acerco. El cerdo de García, pienso. Y le rezo al cerdo. Le rezo para que un día llegue a su boca de García, ya sea en un suculento pan con chicharrón o en un adobo divino. Que llegue, por favor, que le llene y que le satisfaga. Este cerdo Dios a quien le rezo es nuestra única esperanza, amigos míos. Él hará el trabajo, él matará a García de un ataque cardíaco algún día. Nadie más puede hacerlo. Sigamos rezándole.