viernes, 10 de septiembre de 2010

La ida de Portnoy


Dream Theater es, qué duda cabe, una gran bandas dentro de la historia del rock en general, y una de las más importantes en la historia del rock progresivo en particular. Su influencia se diseminó hasta rincones insospechados del mundo durante los pasados veinte años, devolviéndole al género –caído en decadencia desde inicios de los ochentas– su sitial en las alturas de la realeza musical rockera, lugar de donde nunca debió bajar. A punta de puro esfuerzo y creatividad, DT avanzó en su carrera con sólidos álbumes que simplemente eran una volada de materia gris. Estructuras complejas, culteranismo técnico, conceptos rebuscados y, sobre todo, hartísimo talento y prodigio musical; son sus más importantes características.
Hasta hace dos días, DT eran admirados no sólo por lo anteriormente señalado, sino además, por ser una de las pocas megabandas progre que había sido capaz de mantenerse junta y cohesionada durante veinticinco años de manera casi inalterada, sin que la fama, los millones y los egos la corroyeran, destruyendo amistades y desperdiciando joyas sonoras. Bueno pues, eso se acabó: Mike Portnoy, baterista, co-fundador y líder indiscutible de DT, le dijo adiós al grupo.
En su cuenta de Facebook, Mike contó en resumen, que quería un descanso y que así se lo propuso a los demás, pero que ellos le dijeron que no, que si quería descansar, que descanse solo. Tremendo roche no podía pasar por agua tibia y el buen batero renunció. Pero no deja pasar la oportunidad para meterle su chiquita a sus ex compañeros cuando dice: “Me he dado cuenta que cultivo mejores relaciones personales con la gente de otras bandas en las que toco”. En fin.
Pero ¿qué significa la salida de Mike Portnoy de DT? Sin duda, un bajón muy fuerte en su popularidad.
Mike Portnoy no sólo era el co-fundador, bautizador y líder de DT (algo que perfectamente también lo son John Petrucci y John Myung), sino que le agregaba a todo ello un matiz personal y particular. Una especie de carisma característico que se convirtió en uno de los sellos registrados de DT como banda. Incluso recuerdo que en más de una ocasión leí –con motivo del único concierto que dieron aquí en Perú en marzo último– que varias personas iban al concierto “para ver a Mike Portnoy en acción”. Eso, por supuesto, dice mucho acerca de la importancia que el newyorkino tenía para DT. Sin ese componente, definitivamente creo que la popularidad del grupo se verá muy afectada. Y con “popularidad” me refiero a la consideración que, tanto fans como melómanos en general, le tendrán al DT post Portnoy.
Sin embargo –y aquí le encuentro el lado amable a todo este asunto– para los que conocemos algo de la trayectoria y de la música de DT, no deja de ser emocionante el preguntarnos quién reemplazará al buen Mike. Se me pasan algunos nombres por la mente, pero no me atrevo a escribirlos ya que no quiero ser apaleado después por alguien realmente culto en este tema. Ciertamente el “new kid” deberá ser alguien que cumpla varios requisitos… muchos, en realidad. Primero, el susodicho deberá ser un real ‘conchesumare’ en la teba, así de simple y sin discusiones. Su capacidad de ejecución deberá estar fuera de dudas y sus bondades técnicas no deberán bajar de porcentajes absolutos. Pero ¿y lo demás? (liderazgo, carisma, organización, capacidad compositora, etc). Supongo que John Petrucci y Jordan Ruddes serán los encargados de ahora en adelante, pero “sin Portnoy”, y créanme, esa última expresión será una constante de ahora en adelante para DT.
Bueno pues, así está el panorama desde ayer para la banda de rock progresivo más grande de nuestros tiempos. Triste, pero cierto. Sinceramente no me lo esperaba (tanto menos si no fui al concierto que dieron en Perú hace unos meses). Eso de que las bandas de progre se vayan desmembrando justo cuando tienen su line up ideal y cuando alcanzan la fama universal ha sido una constante desde los tiempos de Yes, pero suponía que era una práctica ya superada. Me hueveé olímpicamente, otra vez.
Sólo nos queda esperar que los cuatro DT que quedan no se hueveen también y escojan al reemplazante ideal. Estuve hablando con Bryan Kabsther y comentábamos que, por ejemplo, Bobby Jarzombek sería ideal para el puesto. Su trabajo con Spastic Ink –en cuanto a lo musical– y su chamba con Rob Halford y Sebastian Bach –en cuanto a lo referido a tours mundiales y mainstream– lo avalan completamente. Héctor Ccahua por su parte, no sé si en broma o en serio, dice que Chris Adler es el indicado para ocupar el puesto. ¿Quién será el elegido al final de todo? El debate está abierto.
Mientras tanto, recordemos la chamba de Mike Portnoy en DT con un video que lo captura en el momento cumbre de su carrera creativa, justo cuando terminaba de grabar el segundo disco de Liquid Tension Experiment y estaba a punto de lanzar el Scenes from a memory de Dream Theater.




miércoles, 8 de septiembre de 2010

Por ti / sin ti /de ti / a ti


I
De los parajes miles que la vida me devuelva
con la genuina angustia del mísero vandalito,
con la virgen celada de praderas consagradas
de los mismos carismas pensados y olvidados;
he de tener el implante del corazón impuro
secado con aires de climas feroces y sagaces,
alma de cerbero, mente de coartadas venales,
nombre de animal rastrero buscador de ruina,
he de dar el beso mortuorio del edén llorado,
y pondré piedras en tumbas negadas al vulgo,
y reiré a manchones con dientes amarillentos;
mas heme hoy criado en la confianza invernal
aún sucio, aunque sin pieles pictóricas ya idas,
teniéndome en lonche eterno de legumbres
sanas, vanas, canas, ufanas, marranas y Lamas,
siendo rescate venido a salva tierra sólo por ti.
II
Mis pasos duros de oscurantismos pedregosos,
diéronme felonas manos para como armas ser
que contra el confín finito se alza gritando más.
Me encuentro fugaz convertido en sucio trapo
manchado y machacado sin voz por los seres,
los seres, los seres, los seres, los seres y ellos,
vistas de puertos ardientes de seda con avena
cadena, condena, centena, melena, y más ena,
vuelto a cargar el muerto veraz y capaz de dar
raíz a la ocre fuente nacida de anteaños vanos
pasados vacíos y existidos al borde pero sin ti.
III
Un errante motivo autista y llorona develación
ponen la sal copiona al diestro tenor sensorial
de mis evocaciones vitales de parajes perdidos
volteados a probar lo que hoy me es perdido.
La vida ésta malcriada y mimada, viciada por ti,
calza a las escuadras de los polígonos medidos
de certezas innobles y salvadas de viejas barras.
La vida ésta infante y coqueta, abierta y solaz,
maldita de mis huestes que buscan espantarla,
me oprime, me opaca, me enerva y me engulle,
me ata, me encierra, me gana y me compagina;
volvióse hoy día la voz centrada de la lucha feliz
que diome el capricho de serme un objeto de ti.
IV
Y cuando a matarme vaya quizás esta vivencia,
y cuando ya no piense de pie y de mano sucia,
cuando un soplido osco de tus labios escuche
carente de veces dulces y cien acomodaciones,
si tus asadoras pantorrillas no me buscan más
con aspiraciones concisas de nieves y montaña
ni tus mamas diosas embriaguen mi impureza,
al silencio iré en compañía de mi amigo Arthur
a tirarme en la playa a beber metales fundidos
y harta bulla haciendo irrumpiré en los vacíos
pregonando por todos los diablos que conozca
que llego acolchado y ligero de andar por ahí,
de tocar, de cantar, de escribir y de amarte a ti.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Un saludo para Aldo Mariátegui


Por Fred Borbor
Quienes han leído alguna columna de Aldo Mariátegui estarán de acuerdo conmigo al afirmar que tiene un estilo, digamos, peculiar o singular... Ok, ok: tiene un estilo hasta’lculo. Desde faltas gramaticales hasta faltas de buen gusto adornan su obra escrita, mayoritariamente compuesta por sus editoriales en el diario que dirige: Correo. Ello difícilmente puede contribuir a que gane, algún día, ni el más paupérrimo premio que se otorgue al mérito estilístico de la escritura.
Sin embargo, muchos también coincidirán conmigo si digo que, entre aquella maraña de cieno hediendo literario, hay varias cositas rescatables, como sus constantes debates y propuestas en materia económica, que –ojo– no necesariamente son las correctas a seguir, pero que sí alimentan el bagaje de ideas al respecto, de nuestra política casera. Y es que en un país adolescente aún en materia de cultura política, resaqueado todavía por cerca de treinta años de ideologización izquierdista y –vamos– idiotizado por un sistema educativo limitado y miserable; nunca cae mal tener una voz contraria, un antípoda, un jodido, un extremo contrario de la credulidad generalizada.
Bueno pues, una cosa es escribir mal y proponer ideas interesantes, y otra cosa es escribir mal y proponer estupideces. Más aún: hacer análisis torpes y obtusos, basados en una paranoia boba propia de hace más de medio siglo, convirtiendo el objetivo principal de dicho análisis en un escopetazo a los pies de sus beneficiarios.
¿Quién, que se precie de tener algo de cultura, no sabe que el saludo del brazo levantado y el puño cerrado es innegablemente marxista (o comunista, o socialista, o leninista, o maoísta, o…)? Y además ¿quién no sabe que esa también es una actitud que denota fuerza, vigor o energía? Al parecer Aldo Mariátegui no lo sabe, porque en la edición de Correo del día 1 de septiembre, en primera plana y cual bruja descubierta en pueblo medieval, Susana Villarán –candidata izquierdista a la alcaldía de Lima– es denunciada (¿por un delito?, ¿por una falta?, ¿por una torpeza?, ¡no!) por tener un panel con su foto haciendo el mencionado saludo marxista. Lógicamente que cuando leí la portada temprano aquel día, no pude evitar darme un manazo en la frente y decir: ¡veste!
Ahora bien, ya calmados, tomados un tecito y habiendo respirado varias veces para bajar la tensión, nos preguntamos: ¿qué otro saludo puede hacer una candidata de izquierda?, y sobre todo, ¿qué de malo tiene ese saludo? ¡Es un saludo más, demonios! Sus ideas y propuestas populistas y demagógicas siguen allí, sin ser vistas, sin ser tomadas en cuenta y sin ser analizadas a fondo para desbaratarlas y demostrar que son un absurdo. El fucking saludo es un detalle ínfimo en comparación con lo pérfidos que pueden ser la mayoría de sus planteamientos para gobernar a la capital del país.
La prensa bloguera y la prensa satírica de inmediato se relamieron en el hecho y no tardaron en burlarse poniendo fotos de personajes famosos –no necesariamente de izquierda– haciendo el bendito saludo. Incluso la red se llenó de ediciones gráficas jocosas al respecto. Yo ya no me pude aguantar y también solté mis risotadas por tamaña babosada. Y es que es demasiado absurdo descalificar en estos tiempos a alguien por una postura corporal, tanto más si lo que se busca es anular a aquella persona como candidato fuerte a un puesto de gobierno. Esa es una actitud tonta y digna de la prensa más bruta. Y digo bruta porque no puede ser inteligente un acto que, buscando una reacción de indignación por la falta, genere un apoyo para la víctima de tamaña muestra de intolerancia y majadería intelectual.
Aldo se defendió al día siguiente aduciendo que su portada tenía el objeto de denunciar un saludo que recuerda a tiranías, dictaduras, violencia y terrorismo. Puso al costado fotos de Fidel Castro, de Hugo Chávez y de Abimael Guzmán haciendo el mismo saludo –claro pues Aldito, son de izquierda, ese es su saludo, ¿qué otro esperabas? – pero olvidando a otros personajes de izquierda, tanto de Europa como de América, muy queridos y que hicieron un buen trabajo, quienes también hacen aquel saludito cada vez que tienen oportunidad. También dijo que su idea era acusar lo mismo que se acusaría si uno de los candidatos pondría en un panel una foto suya haciendo el saludo nazi. Y es aquí donde mi opinión encuentra un punto algo razonable en todo este lío.
Si una mañana nos levantamos y vemos por las calles un cartelazo con la foto de algún candidato haciendo el saludo romano, de inmediato nos indignaríamos y lo moleríamos, si no a palos, a punta de pura crítica por lo desatinado y desacertado de su cartel, panel o propaganda. Le diríamos desde malnacido hasta racista. Seguramente Correo pondría en su primera plana la foto del candidato y al costado la foto de Hitler o Mussolini. ¡Qué horror!
Pero resulta que hay una buena diferencia entre ser fascista (y saludar como Hitler) y ser izquierdista (y saludar como Castro). El fascismo es un modelo político superado no sólo por su antagonismo con la democracia, sino también por el trabajo de erradicación y asco que el mundo de la post guerra se ha encargado de hacer con él. Nuestra cultura contemporánea prácticamente ya ha instaurado el dogma de que el fascismo es malo y perverso. En Alemania –país donde se desarrolló de manera más galopante– está prohibido ser nazi, es un delito. En el resto del mundo también, en mayor o menor medida. No sucede lo mismo con la izquierda (entiéndase como “izquierda” a todos los hijos intelectuales de Marx), ¿por qué?, porque la izquierda con la URSS como líder, ganó la guerra gracias a la alianza que tenía con USA, Inglaterra y la resistencia Francesa. Esa victoria le permitió a la URSS apoderarse de la mitad del mundo e implantar el marxismo en él. Por un periodo de cerca de cincuenta años un montón de países tenían gobiernos de izquierda, bajo el influjo de la URSS, claro. Al final, muchos de ellos abandonaron ese sistema porque sencillamente no sirve, pero al hacerlo no lo arrasaron o eliminaron de raíz, aduciendo su perfidez o malignidad para la humanidad. No. Lo abandonaron y dejaron los rezagos de sus viejos partidos comunistas casi a la deriva. Al ir pasando el tiempo el mundo se va dando cuenta de que la izquierda no necesariamente es dañina, sino que cuenta con ciertos rasgos rescatables que podrían ayudar a generar una sociedad mejor. Podrían…
Es decir que, en la actualidad, la izquierda no puede ser comparada con el fascismo, ni por asomo. Ya sea por una cuestión de vencedores y derrotados, o porque realmente tenga algo bueno que aportar, es una corriente ideológica con la que tenemos que convivir y tenemos que tolerar. Si queremos atacarla y demolerla, tenemos que hacerlo con argumentos sólidos, dirigidos a temas realmente importantes y a cuestiones de fondo. Por ejemplo, y es sólo un ejemplo, ¿alguien se ha tomado el trabajo de revisar siquiera la parte introductoria del plan de gobierno de Susana Villarán? ¿Alguien se ha dado cuenta que en la página web del Movimiento Nueva Izquierda –el más importante de sus aliados– hay un pronunciamiento a favor de las FARC –grupo terrorista y violentista– y de reivindicación a su líder muerto, y que ese mismo pronunciamiento es firmado por Perfecto Víctor Ramírez, candidato a regidor con Fuerza Social? ¡Ah!

Susana Villarán y la educación


Por Fred Borbor

La educación llegó a mi vida cuando terminé la secundaria. Así de simple y sencillo. Fue como abrir los ojos después de un sueño profundo o recibir de repente la potente luz solar después de haber atravesado una oscura cueva por once largos años. Claro, mis viejos estaban pagando entonces 150 soles de mensualidad en una academia pre-universitaria, algo que no tuvieron que hacer mientras yo estudiaba mi educación básica en colegios nacionales.
De pronto todo empezó a esclarecerse: las matemáticas eran entendibles, la biología era digerible, la química dejó de ser un idioma extraño, la historia tenía sentido, la lingüística empezó a ser algo fascinante y la literatura adquirió su aura de misticismo inherente. El mundo real se descubría, el gueto se abría y empezaba a ser algo del pasado olvidable. Los profesores eran patas queridos, jóvenes y viejos que, con un sueldo aceptable, cumplían mínimamente con los requisitos que un educador del siglo 21 debía tener. Hubiese querido más, pero esa era la plata que había pues.
En medio de toda esa algarabía descubridora, hubo una clase que especialmente se quedó impregnada en mi recuerdo tanto que hasta el día de hoy la uso como referencia para discutir sobre temas de educación. Un profe, chibolo nomás, nos enseñaba los principios básicos de la estadística y, en un aparte, nos comentó justamente los datos estadísticos de la prueba PISA que la UNESCO había realizado últimamente en todos los países de Latinoamérica. Se trataba de un estudio y análisis sobre la realidad educacional de nuestro continente: el Perú obtuvo el último lugar en la prueba. El 80% de los jóvenes peruanos de aquel entonces, entre los 15 y 20 años –yo tenía 16– no podíamos llevar a cabo tareas básicas de lectura, es decir que no sabíamos entender lo que leíamos, es decir que éramos analfabetos.
No voy a decir que me indigné, que me enojé o que me sorprendí por la información que ese profesor nos dio (vamos, nunca he sido un ejemplo de patriota positivo), pero sí recordé de inmediato mi maravilloso periodo en el colegio en el que me la pasaba rascándome las pelotas por varios meses, mientras que todos mis profesores hacían huelgas por quién diablos sabe qué.
Bueno, el mismo recuerdo me vino a la cabeza el día de ayer (miércoles 1 de setiembre de 2010) cuando escuché a la señora Susana Villarán anunciar que tiene un compromiso con el SUTEP (Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú) para desarrollar programas educativos para Lima provincia y Región, en otras palabras, para poner la educación de la capital en manos de aquellos mismos profesores que me enseñaron hace diez años, y los que le enseñaron a mis hermanos hace 20 años y los que quizá hasta le enseñaron a los padres de muchos de ustedes hace treinta años. Ya, ¿y cuál es el problema? Pues, nada más y nada menos que se trata de los mismos responsables –en un gran porcentaje– de aquel infame último puesto que el Perú ocupara allá por los dos miles en la prueba PISA de la UNESCO.
La educación que nuestra generación recibió en la década de los noventas (vamos a hablar claro) fue una reverenda mierda. Culpa del gobierno, sí, pero culpa de una agrupación de torpes, ineptos e incompetentes como el SUTEP; también. Gente que se dedicó al pillaje y a la corruptela del sector más importante de nuestro país, poniendo en jaque constantemente a los casi nulos intentos de reforma de la dictadura fujimorista, promoviendo huelgas y paros en pro de la no regulación del sistema educativo, en contra de las necesarias evaluaciones periódicas a sus agremiados (casi todos nuestros ex profesores), sin preocuparse por actualizarse y estar a la altura de lo que las exigencias del mundo moderno tiene y atacando cualquier deseo de renovación en su cúpula de poder (Patria Roja maneja el SUTEP hace más de treinta años porque, claro, no creen en los procesos democráticos).
Nílver López, el señorito al que Susana Villarán pretende otorgar el manejo de la educación Limeña, fue uno de los más recientes dirigentes del SUTEP. Con él a la cabeza, para citar un ejemplo, se paralizaron las clases por casi sesenta días durante el 2006 y 2007, ¿por qué?, porque don dirigente gremial no estaba de acuerdo con la evaluación de sus agremiados.
O sea que, a aquel dinosaurio viejo y en estado fósil llamado SUTEP, responsable de todo lo arriba citado, dominado por una agrupación que esgrime todavía –en pleno siglo 21– ideas dignas del archivo de “La hora del lonchecito” de Radio Felicidad, y causantes en buena cuenta de la reverenda mierda que tuvimos como educación en los últimos cuarenta años; ¿le vamos a dar un voto de confianza? Ojalá que no.
Posdata: estudié en la academia pre-universitaria durante un año (¡un año de la conchasumadre!) y no ingresé a la universidad. ¿Por culpa de la mala educación impartida allí? No, por vago. Pero ese ya es tema de otro post.