miércoles, 26 de noviembre de 2014

Sobre el aporte obligatorio a las AFP


Debe haber algo mal en aquello de defender la ya modificada norma de "aporte previsional obligatorio de trabajadores independientes", especialmente cuando esta defensa se basa en la supuesta carga que le quedará al Estado de encargarse de la vejez de quienes no vayan a ahorrar —de quienes no piensen en su futuro— "con los impuestos de quienes sí aportan"... Y digo que debe haber algo malo en esto porque... ¿el Estado encargándose de la vejez de este país? ¿CUÁNDO, SEÑOR? A ver ilústreme, por favor, que en mis cortos años de vida (... ok, no tan cortos ) nunca jamás he sabido que el Estado Peruano tenga una política de hacerse cargo de la vejez de sus ciudadanos —algo que sí existe en países europeos como Francia—. Y que no se me salga ahora con el ejemplo de Pensión 65, pues bien todos sabemos que es un programa recontra nuevo y que sólo beneficia la población anciana que se encuentra en la extrema pobreza.
A ver pues, seguramente los esgrimientes de dicho argumento piensan que los que no queremos que nos descuenten obligatoriamente, ni que nos empujen a la fuerza hacia el monopolio de una AFP, estamos planeando maléficamente que, cuando cumplamos 65 años, venderemos nuestros cachivaches, vestiremos harapo, nos mudaremos a una zona rural y nos inscribiremos en el registro de pobreza extrema para que el pobrecito Estado nos suelten nuestros magníficos doscientos soles al mes y seamos, en ese punto, las sanguijuelas de quienes sí aportaron durante toda su vida, desangrándolos y evitando que esa plata que nos dan vaya a parar a mejores destinos... ¡Pero claro! Si nosotros somos unos pobres irresponsables que no pensamos en nuestro futuro, pues; ¡y claro! Si para eso están ellos, para enseñarnos, para tutelarnos, para aleccionarnos y pensar en nosotros y por nosotros. Claro, claro.
En fin, compañeros y amigos independientes del Perú... no sé, a lo mejor y sí sea bueno eso de aportar por la razón o por la fuerza; total, ya sabemos lo beneficiosas que son las AFPs, con las magníficas pensiones de 80; 100; 180; 300 ó 400 soles que nos darán después, con lo maravilloso que es no poder echar mano a nuestros fondos (plata nuestra) y con los buenos y saludables 110 años que cada uno vivirá para poder disfrutar de todo el excedente de lo que aportó... a lo mejor, digo.