Yo no estoy a a favor de la llamada "Marcha Nacional por el Agua". Creo que es una marcha política en torno a Gregorio Santos y a Marco Arana y no en torno al agua. Creo que es una estrategia minuciosa y artera de unos pocos, que tiene como fin último el cosechar beneficios e intereses personalísimos -sobre todo, políticos-, así como un arrebato negligente e irreflexivo de personas desencantadas por sus propias malas decisiones -el haber elegido como su presidente a alguien que los traicionó, por ejemplo.
Si los temas de interés principal, meollo y motores de esta marcha fuesen realmente el agua y el medio ambiente, sus promotores y participantes deberían lanzar sus reclamos, principalmente, contra el agro, que usa el 80% del agua y la contamina mucho más, y contra la ganadería, que genera más emisiones de dióxido de carbono que la industria del transporte y que no sólo contamina el aire, sino también la tierra y los depósitos de agua subterránea (con esto no digo que la minería no contamine; lo hace, pero no se compara con lo contaminantes que son aquellas otras industrias).
Sin embargo -y muy aparte de estas, mis consideraciones personales sobre el tema- ¿qué carajos sucede con nosotros, eh?
Esta marcha, realizada por las razones equivocadas o no, debería ser un indicio para fijarnos, percatarnos y debatir sobre esos dos grandes problemas, o sea el problema del agua y del medio ambiente en general. Los medios de comunicación deberían ya mismo estar haciendo reportajes sobre estos temas, entrevistando a especialistas en la materia, investigando todo lo concerniente a ellos o desenmascarando a quienes se aprovechan de estas cuestiones para ganar terreno político, así como informando bien al público sobre cual es el verdadero camino que deberían seguir las protestas. Es más, los post y los comentarios en facebook y twitter (con faltas ortográficas o no) deberían ya estar estallando en encendidos e inflamados ataques contra la falta de políticas serias, de parte del Estado, respecto al cuidado de los recursos naturales...
Pero no. No es así. Se está desaprovechando de manera rochosa, una vez más, la oportunidad de poner sobre la mesa un tema demasiado importante. Ahora mismo todas las noticias, los reportajes y las entrevistas de la tele y de la radio están enfocados más en que si a Iván Thays le gusta o no el suspiro a la limeña, si Alan García quiso indultar a Fujimori, si el "Día Nacional Contra el Terrorismo" debería ser en abril o en setiembre o si la primera dama le tiró arroz a la congresista robacable. Cortinas de humo y la maldita desgracia de un país de depender de los medios de comunicación para crearse opinión sobre temas importantes debido a la siempre fatal ausencia de buena educación (otro tema que merece debate, muchas marchas e innumerables protestas).
Y, además, la mayoría de nosotros mismos aquí en Lima, los que también somos y seremos directos afectados por los problemas medioambientales, preferimos mantener la mirada esquiva y desviada en temas tan absurdos y estúpidos que sencillamente pareciera que hemos adoptado la postura del (la) huevoncito (a) que es indiferente y le llega altamente lo que hagan unos cuantos provincianos en su marcha, preocupándose más por la juerguita, la playita, el traguito y la gentita antes que por las cosas que realmente importan. Y no se piense que del otro lado de la vereda las cosas son distintas, pues muchos ya han adoptado allí la postura del chico consciente que participa "luchando de forma combativa" pero que en realidad es inconsciente de lo que hace, ignora por qué lo hace y -peor- no reflexiona bien acerca de la manera en que lo hace; sencillamente una panda que se deja llevar por el discurso efectista, demagógico y populachero que suena bien, que entra bonito pero que en realidad no dice nada. Testigo soy del proceder de varios de estos chicos conscientes que van a la marcha para tomarse la fotito que después pondrán en su facebook para recibir muchos "likes", varios "comments" y chismosear bobadas sobre la misma, o tan solo porque protestar les parece "cool", los hace ver "nice" y porque eso, hoy en día, es algo "re-fashion".
Finalmente, este no pretende ser un post "anti-marcha-por-el-agua" (ya si tú lo entiendes así es tu problema y, de acuerdo al Informe PISA 2009, deberías preocuparte por tus capacidades cognoscitivas). La inquietud que deseo reflejar aquí es mi duda acerca de que una marcha claramente politizada pueda solucionar los problemas del agua y del medio ambiente, menos aún si es que, en su desarrollo, se propalan datos inexactos o, simplemente, se reparten mentiras a diestra y siniestra para atraer a más gente a su causa; creo que eso más bien es un aprovechamiento vulgar de sus líderes y una burda treta politiquera de algunos convenidos. Así mismo, busco hacer hincapié, nuevamente, sobre el rol que cumple la prensa, a sabiendas de que son el sector más influyente en una sociedad mal educada, y su reiterativo facilismo en el cumplimiento de su trabajo, así como su cobardía para causarle mayores problemas al poder de turno, el mismo que -claramente- no desea que manifestaciones como la marcha por el agua (con sus aciertos y desaciertos) le causen problemas y el mismo poder de turno por el que votaron el 99% de los que ahora participan en dicha marcha. Vaya ironía.
Finalmente, este no pretende ser un post "anti-marcha-por-el-agua" (ya si tú lo entiendes así es tu problema y, de acuerdo al Informe PISA 2009, deberías preocuparte por tus capacidades cognoscitivas). La inquietud que deseo reflejar aquí es mi duda acerca de que una marcha claramente politizada pueda solucionar los problemas del agua y del medio ambiente, menos aún si es que, en su desarrollo, se propalan datos inexactos o, simplemente, se reparten mentiras a diestra y siniestra para atraer a más gente a su causa; creo que eso más bien es un aprovechamiento vulgar de sus líderes y una burda treta politiquera de algunos convenidos. Así mismo, busco hacer hincapié, nuevamente, sobre el rol que cumple la prensa, a sabiendas de que son el sector más influyente en una sociedad mal educada, y su reiterativo facilismo en el cumplimiento de su trabajo, así como su cobardía para causarle mayores problemas al poder de turno, el mismo que -claramente- no desea que manifestaciones como la marcha por el agua (con sus aciertos y desaciertos) le causen problemas y el mismo poder de turno por el que votaron el 99% de los que ahora participan en dicha marcha. Vaya ironía.