Cuanta razón tienen los que, como Mario Vargas Llosa, afirman que las dos ideas que más muerte, destrucción, sufrimiento, y derramamiento de sangre han causado a la raza humana, son el nacionalismo y la religión.
Y es que sólo basta revisar y estudiar un poco de historia para llegar a la conclusión de que esa afirmación tiene fundamentos sólidos y muy poco rebatibles.
Así lo demuestra, por ejemplo, el primer milenio de nuestra era occidental, con una religión católica fomentadora del oscurantismo, perseguidora de infieles, paranoica de adoradores del diablo y quemadora de brujas; destructora y ocultadora de todo vestigio del conocimiento antiguo, amparadora de una feroz ignorancia generalizada para poder manejar mejor a las muchedumbres y consentidora de torturas y matanzas en nombre de una creencia mítica y fantástica que hasta nuestros días no puede ser corroborada ni comprobada. Y lo demuestra también la primera mitad del siglo XX, con sus dos guerras mundiales alentadas y estimuladas por quienes suponían que el hecho de haber nacido en cierto territorio, con ciertas características físicas y bajo el cobijo de ciertos grupos de "elegidos", les daba el derecho de arrasar con todos aquellos que eran "los diferentes", "los equivocados" o, simplemente, "los no elegidos".
Sin embargo hay maneras más fáciles de comprobar esta tesis mirando a nuestro alrededor hoy en día, leyendo los periódicos, hablando con nuestros amigos o webeando en internet. Aún es tal el grado de apego de nuestros contemporáneos a esas estupideces, que francamente aveces no queda más que perder las esperanzas en nuestra especie.
Claro ejemplo de ello es lo que ha pasado hoy en la casa de un dirigente del Movimiento Homosexual de Lima (MHOL), la misma que ha sido pintarrajeada con amenazas de muerte y con símbolos propios del nazismo, ¿por qué?, por lo dicho: por ser homosexual, así como hace más de ochenta años atrás se hacía en la Alemania de los años 30 con los judíos, por ser judíos, así como hace más de ochenta años atrás se hacían en las entrañas de la URSS con los Cosacos, por ser Cosacos. Y, ciertamente, como en aquellas épocas, hoy en día estas despreciables acciones, son estimuladas, claro está, por la compañera inseparable de la intolerancia: la religión.
Veamos lo que dice la carta que le dejaron los "nacionalistas cholos" al dueño de la casa en cuestión:
Y es que sólo basta revisar y estudiar un poco de historia para llegar a la conclusión de que esa afirmación tiene fundamentos sólidos y muy poco rebatibles.
Así lo demuestra, por ejemplo, el primer milenio de nuestra era occidental, con una religión católica fomentadora del oscurantismo, perseguidora de infieles, paranoica de adoradores del diablo y quemadora de brujas; destructora y ocultadora de todo vestigio del conocimiento antiguo, amparadora de una feroz ignorancia generalizada para poder manejar mejor a las muchedumbres y consentidora de torturas y matanzas en nombre de una creencia mítica y fantástica que hasta nuestros días no puede ser corroborada ni comprobada. Y lo demuestra también la primera mitad del siglo XX, con sus dos guerras mundiales alentadas y estimuladas por quienes suponían que el hecho de haber nacido en cierto territorio, con ciertas características físicas y bajo el cobijo de ciertos grupos de "elegidos", les daba el derecho de arrasar con todos aquellos que eran "los diferentes", "los equivocados" o, simplemente, "los no elegidos".
Sin embargo hay maneras más fáciles de comprobar esta tesis mirando a nuestro alrededor hoy en día, leyendo los periódicos, hablando con nuestros amigos o webeando en internet. Aún es tal el grado de apego de nuestros contemporáneos a esas estupideces, que francamente aveces no queda más que perder las esperanzas en nuestra especie.
Claro ejemplo de ello es lo que ha pasado hoy en la casa de un dirigente del Movimiento Homosexual de Lima (MHOL), la misma que ha sido pintarrajeada con amenazas de muerte y con símbolos propios del nazismo, ¿por qué?, por lo dicho: por ser homosexual, así como hace más de ochenta años atrás se hacía en la Alemania de los años 30 con los judíos, por ser judíos, así como hace más de ochenta años atrás se hacían en las entrañas de la URSS con los Cosacos, por ser Cosacos. Y, ciertamente, como en aquellas épocas, hoy en día estas despreciables acciones, son estimuladas, claro está, por la compañera inseparable de la intolerancia: la religión.
Veamos lo que dice la carta que le dejaron los "nacionalistas cholos" al dueño de la casa en cuestión:
“Ustedes representan a las fuerzas degeneradas que el gobierno de ocupación sionista intenta penetrar en las mentes de nuestros hermanos y hermanas, representan el antagonismo de todo lo natural (…) no permitiremos que parásitos rastreros que deforman el orden natural del todopoderoso arruinen las concepciones más puras de amor y familia. La base de nuestra fuerza, de nuestra raza , de nuestro pueblo no pude ser socavada de ninguna manera, (…) A ustedes bastardos del sistema les decimos LA GUERRA ESTA DECLARADA Y LAS ARMAS LEVANTADAS.”
A ver, ¿no les parecen conocidas estas frases?, ¿no les causa cierta extraña familiaridad con los rebuznos que, domingo a domingo, suelta el señor Juan Luis Cipriani, pastor de las ovejas católicas del Perú? a mí sí. Porque, la verdad, no encuentro mucha diferencia entre decir que "Los homosexuales representan el antagonismo de todo lo natural" y el afirmar que "los homosexuales no fueron creados por dios" (Cipriani).
Pero, para quien escribe, esas frases ridículamente ataviadas con el patético lenguaje extremista, resultan mucho más familiares aún, ya que son casi calco y copia de lo que una ex compañera de promoción de la universidad -fanática religiosa, claro- manifiesta casi a diario.
Veamos:
1.- "Ustedes representan a las fuerzas degeneradas que (...) intentan penetrar en las mentes de nuestros hermanos y hermanas" = "El Movimiento Homosexual tiene unas tácticas que hay que exponer"
2.- "No permitiremos que parásitos rastreros que deforman el orden natural del todo poderoso arruinen las concepciones más puras de amor y familia" = "Los homosexuales buscan imponer que se acepte como normales sus prácticas sexuales anormales"
3.- Y, lo que a mi parecer, es el peor disparate que haya salido de las elucubraciones de esta señorita atontada por el fanatismo religioso: "Y reitero que aquel que CREE que la sexualidad es una opción, claramente es un potencial homosexual, pues cree tenerla como una opción".
De tal modo pues que es fácil deducir, de lo que se ve, se lee y se escucha en estos días, que nos encontramos frente a un debate que abre sin problemas la caja de pandora que es nuestra idiosincrasia chola, más chola que nunca, en verdad: nuestra intolerancia, nuestro irrespeto por lo distinto, nuestra burla, nuestra fobia y, sobre todo, nuestra incultura.
Así que, siendo un poco benevolente, debo aceptar que esas posiciones, esas actitudes, esas palabras y ese comportamiento (a todas luces bruto, necio, torpe y obtuso) se debe principalmente a la gran ignorancia que campea en nuestra aún subdesarrollada sociedad. ¿O sea que yo soy un tipo súper sabio y erudito? no, porque ni escribir un buen post para este blog sé. Pero sí sé y creo estar consciente de que lo que más nos hace falta para ser una verdadera sociedad libre y justa, es la educación, generadora de la tolerancia, partera del respeto. Y está claro que ella no forma parte de las características de un grupo de ridículos nacionalistas, que se suponen superiores en base a nada, y de un montón de necios fanáticos religiosos que pregonan creencias basadas en esa majadería llamada fe.
Pero, para quien escribe, esas frases ridículamente ataviadas con el patético lenguaje extremista, resultan mucho más familiares aún, ya que son casi calco y copia de lo que una ex compañera de promoción de la universidad -fanática religiosa, claro- manifiesta casi a diario.
Veamos:
1.- "Ustedes representan a las fuerzas degeneradas que (...) intentan penetrar en las mentes de nuestros hermanos y hermanas" = "El Movimiento Homosexual tiene unas tácticas que hay que exponer"
2.- "No permitiremos que parásitos rastreros que deforman el orden natural del todo poderoso arruinen las concepciones más puras de amor y familia" = "Los homosexuales buscan imponer que se acepte como normales sus prácticas sexuales anormales"
3.- Y, lo que a mi parecer, es el peor disparate que haya salido de las elucubraciones de esta señorita atontada por el fanatismo religioso: "Y reitero que aquel que CREE que la sexualidad es una opción, claramente es un potencial homosexual, pues cree tenerla como una opción".
De tal modo pues que es fácil deducir, de lo que se ve, se lee y se escucha en estos días, que nos encontramos frente a un debate que abre sin problemas la caja de pandora que es nuestra idiosincrasia chola, más chola que nunca, en verdad: nuestra intolerancia, nuestro irrespeto por lo distinto, nuestra burla, nuestra fobia y, sobre todo, nuestra incultura.
Así que, siendo un poco benevolente, debo aceptar que esas posiciones, esas actitudes, esas palabras y ese comportamiento (a todas luces bruto, necio, torpe y obtuso) se debe principalmente a la gran ignorancia que campea en nuestra aún subdesarrollada sociedad. ¿O sea que yo soy un tipo súper sabio y erudito? no, porque ni escribir un buen post para este blog sé. Pero sí sé y creo estar consciente de que lo que más nos hace falta para ser una verdadera sociedad libre y justa, es la educación, generadora de la tolerancia, partera del respeto. Y está claro que ella no forma parte de las características de un grupo de ridículos nacionalistas, que se suponen superiores en base a nada, y de un montón de necios fanáticos religiosos que pregonan creencias basadas en esa majadería llamada fe.